jueves, 23 de abril de 2015

Feminización-transformismo

Una práctica relativamente frecuente en el mundo BDSM cuando el rol dominante es de la mujer y el sumiso varón, es la feminización. Esto no implica necesariamente que el hombre sometido sea homosexual (de hecho, los hombres homosexuales no son mujeres ni tienden a serlo), sino que dentro de la sesión en la que ejerce de sumiso-masoquista-pasivo, éste admite esta práctica como humillación, castigo, (o porque les gusta, produciendo excitación sexual de por sí) que en última instancia tendrá como objetivo el placer de ambos.
La feminización se puede llevar a cabo de distintas formas y grados.
- Obligarle a ponerse ropa de mujer solamente y continuar la sesión con normalidad con esa ropa.
- Caracterizarlo completamente de mujer, incluyendo lencería, ropa, calzado, peluca, maquillaje…
- Caracterizado de mujer y obligarle a actuar como mujer.
- Caracterizado o no de mujer, ser penetrado por el ano (sodomizado) y/o obligado a introducirse o chupar penes de goma en la boca. Más detalles aquí (Esto solo en experiencias hard)
Dependiendo de las sensaciones que la caracterización de mujer produzca en el hombre, puede tener conexiones con el fetichismo-transformismo.
Nada que ver tiene esto con el travestismo, que no es tema que tenga relación con lo que se trata en este blog.

jueves, 16 de abril de 2015

Sodomía

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La penetración normalmente es “forzada” (la ejerce la persona dominante, no quien es penetrado) y puede tener lugar manualmente mediante dildos, objetos, dedos y manos (fisting), speculum, etc. o mediante un pene de goma incorporado en un arnés que se coloca la mujer dominante de forma que simula que el pene es suyo, y la penetración se produce sin la necesidad de las manos, con el movimiento de caderas de la dómina.
Es muy importante la lubricación y sobre todo la dilatación del ano, bien mediante el aumento progresivo del grosor de los dildos durante la sesión o mediante otras técnicas.
Esta práctica, a pesar de parecer la más desagradable para un varón heterosexual, tiene aparejada la “satisfacción” de la sumisión, entrega, del “dejarse hacer” por la otra persona. El “dolor” que puede llegar a sentirse dependerá casi exclusivamente del manejo de la penetradora, con lo que la sintonía entre ambos ha de ser perfecta y saber si se quiere o no cierto grado de dolor o tan solo el hecho de la penetración.
Esta práctica puede acompañarse de flagelaciones, bondage, electroestimulación, obligación del sumiso a concentrarse en hacer alguna tarea, u otras, que harán perder el control al sumiso y ayudarán a perder la rigidez del ano en su tendencia natural a permanecer cerrado y facilitarán el trabajo.
La penetración -siempre dependerá de cómo y cuánto se haya hecho- puede o no dejar cierta quemazón en el ano o cierta “molestia” (notas durante un rato que algo ha estado hurgando por ahí antes) tanto en el ano como en el interior
del cuerpo. Sensaciones -una vez ha pasado la sodomía- nada desagradables unidas al bienestar que produce el “alivio”.
A estas placenteras sensaciones post-sodomía, también pueden adicionarse las ya citadas de flagelaciones, bondage, electroestimulación, u otras como llevar en los genitales una funda de castidad.
La excitación de todas estas experiencias junto a una buena exaculación en el momento justo harán desvanecerse de gusto a cualquier varón.

jueves, 2 de abril de 2015

Orientación sexual de quienes practican o les gusta y roles

Me gustan las prácticas sexuales “no convencionales o alternativas”.
Esto es completamente independiente de la orientación sexual de cada uno. Yo tengo la mía bien definida, pero me consta que otras personas con otras orientaciones pueden tener o no los mismos o parecidos gustos sobre prácticas sexuales.
Una sesión BDSM -por ejemplo- puede tener lugar entre dos (o más) personas del mismo o distinto sexo, y cada una de ellas puede asumir cualquier rol, siempre dentro del consenso entre los participantes.
Existe la creencia generalizada que este tipo de prácticas sexuales “especiales” son “desviaciones”, por lo que son practicadas por los “desviados”. Pero esta afirmación no tiene ningún fundamento, lo mismo que considerar un “mal” ser homosexual o bisexual. Si bien, debemos admitirlo, las prácticas a las que nos referimos en este blog son “especiales”, no “normales” y seguramente serán también minoritarias.
Suele ser normal en las prácticas que implican alto grado de sadomaso, la relación amo-esclava. En la práctica real suele predominar el rol masculino dominante y el femenino sumiso, pero en las experiencias que no implican exclusivamente sadomasoquismo e incluyen notas de bondage, fetichismo y otros, son muchos los casos en que la mujer la que ejerce de dómina sobre un hombre. También aparecen en muchísimas producciones audiovisuales, sesiones entre mujeres exclusivamente, y de seguro existen relaciones de lesbianismo de este tipo, pero sobre todo esto tiene su explicación en el morbo que produce a un público consumidor de porno fundamentalmente masculino.

Una práctica relativamente frecuente en el mundo BDSM cuando el rol dominante es de la mujer y el sumiso varón, es la feminización. En la próxima entrada del blog trataremos de esto. No os lo perdáis.