Experiencia selfbondage 1

Hay muchas experiencias en las que restringimos nuestros movimientos (por ejemplo el clásico hogtie), pero yo voy a centrarme en ejercicios en los que aparte de limitar nuestros movimientos, también suprimimos nuestra capacidad de desplazarnos ni siquiera arrastrándonos por el suelo (durante un tiempo). Es decir, anclarnos en un sitio.
Necesitaremos un candado.

En primer lugar haremos el montaje de anclaje de techo temporizado (enlace)

1. Una vez hayamos obtenido el "punto de enganche", en ese punto (en el extremo libre de la cuerda) pondremos otra polea. De forma que la cuerda larga, en una punta esté el cubito de hielo y en otra una polea (Polea 3)

2. Colocamos un pequeño taburete, o unos cuantos de libros justo debajo de la polea.
3. Amarramos al extremo de una nueva cuerda un gancho anal. Nos lo introducimos.
4. Nos subimos en el taburete. Introducimos la cuerda en la polea colgante. Tiramos de ella hasta que el gancho nos tire del ano. Así, hacemos una marca en el extremo libre de la cuerda a la altura de nuestro ombligo, o mejor unos 4 dedos por encima.
5. Nos bajamos del taburete (por comodidad, pero podemos seguir subidos). Hacemos un lazo como este en el extremo libre de la cuerda, de forma que el lazo quede a la altura que marcamos antes (la marca del ombligo).
6. Amarramos nuestras muñecas por la espalda. O unimos nuestras muñequeras por detrás.
7. Tomamos el candando abierto (las llaves en otro sitio, lejos). Nos montamos en el taburete. Metemos el candado por el lazo del extremo de la cuerda y entre nuestras muñecas. Cerramos el candado.
8. Bajamos despacio del taburete y le pegamos una patada para mandarlo lejos.

 Así, si bajamos nuestras manos (hacia el culo) la cuerda nos tirará del gancho. Debemos intentar mantener nuestras manos altas, hacia el cuello.
No tendremos más remedio que permanecer así hasta que se derrita el hielo, y no será hasta entonces cuando podamos ir a por las llaves del candado.

Podemos hacer esto combinado con un karada, con un corsé puesto, con una mordaza (en cuyo caso podemos intentar que nuestra saliva caiga sobre nuestro pene erecto), con unos taconazos...