lunes, 25 de mayo de 2015

El trastero de mi prima

Ya hablé de mi prima. Nos queremos como familia pero no hay ningún tipo de tensión sexual entre nosotros (algo que es más normal de lo que puede parecer). Es de mi edad y para qué negar que tiene muy buen físico.
Dentro de mi afición al "fetichismo transformismo privado" y a masturbarme sintiendo sobre mi cuerpo el tacto que sienten las mujeres con prendas femeninas puestas (bragas, sujetadores, pantalones ajustados, leggings, vestidos falda, monos, tops, bisutería, zapatos altos…) siempre he buscado formas de -sin perjudicar a nadie- darme placer.
Mi prima y yo aunque vivimos en la misma ciudad, solemos vernos poco. Una de las pocas cosas que nos quedan en común es la casa familiar del pueblo. A pocos minutos de la ciudad, la vieja casa donde pasábamos los veranos sirve ya para reuniones familiares y habitualmente como trastero. Todos los de la familia tenemos llave y podemos ir cuando queramos.

Pues qué alegría sentí al descubrir que mi prima no tiene en su piso sitio suficiente para guardar la ropa de verano y de invierno a la vez. Va en el cambio de temporada al pueblo a dejar un montón de cajas con su ropa de verano/invierno (según corresponda) y a llevarse la otra. Así que estoy frecuentando el pueblo ahora mensualmente, debido a la tranquilidad de poder llevar a cabo mis prácticas sexuales solitarias favoritas en esa casa en la que nadie me va a molestar, y con un amplio surtido de ropa femenina a mi disposición para darme gusto.

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